¿Cuál es tu pasión? A todos nos gustaría vivir de lo que nos apasiona, nos motiva. Pero lo cierto es que la mayoría de personas cree que vivir de lo que a uno le entusiasma es un cuento y que no nos ocurrirá. Queremos lanzar un mensaje de aliento para todos aquellos que no confían en dedicar su vida, su trabajo, o su tiempo a su pasión. No será fácil, ni rápido, y requerirá mucho esfuerzo. Pero si quieres, puedes.

El primer paso es encontrar tu razón de ser.  ¿No lo tienes claro? Queremos explicarte un concepto que podrá ayudarte. ¿Conoces el significado de la palabra IKIGAI?

Este término se originó en el pueblo de Okinawa, donde se concentra la población con el número más elevado de centenarios del mundo. Se ha demostrado que todas las personas que viven en la zona tienen un “ikigai”. El ikigai es una motivación, una misión. Un motivo por el que despertarse cada mañana y vivir intensamente. Esa razón por la que se tiene ganas de vivir. Dentro de ti, hay un talento único que te empuja a dar lo mejor de ti y que da sentido a tus días.

Dicho esto, queremos plantearte este ejercicio gráfico, para que encuentres tu razón de ser. El ikigai se aloja en nuestro interior, y necesita una exploración paciente para llegar a lo más profundo de nosotros mismos y hallarlo. Pero merece la pena. Conoce aquello con lo que disfrutas para el resto de tu vida.

Por el simple hecho de vivir de forma feliz, de vivir mejor: se vive más. Durante tu proceso de búsqueda o una vez ya encontrado tu ikigai, sigue estos consejos para mejorar un poquito tu vida…:

Sigue haciendo esas cosas que te aportan valor, que te hacen avanzar, sentirte útil. Continúa dando forma a nuestro mundo. No abandones aquello que te gusta y se te da bien hacer. De esta forma, no perderás el sentido de tu vida. Mantente activo.

Tu bienestar es primordial. Por eso permanece en calma, intenta no agobiarte. Dejando de lado las prisas o la impaciencia, tu vida y tiempo alcanzarán un nuevo significado.

Comparte, ríe, llora, escucha, habla… siempre rodeado de buena compañía que te permita vivir momentos de felicidad.

Aunque te parezca una banalidad, SONRIE. Tenemos derecho a estar enfadados, o decepcionados algunos momentos o días. Pero no olvides sonreír. Somos unos privilegiados por el simple hecho de estar aquí. Por ello, aprovecha y da las gracias por todo lo que ilumina tu día y te hace sentir dichoso. Aumentarás tu felicidad.

¿A veces sientes que necesitas aire puro? Es irremediable reconectar con la naturaleza de vez en cuando para recargar la energía. A veces basta con un paseo por la montaña o un fin de semana en la playa para sentir que tu alma se fortalece.

Y, sobre todo, carpe diem. Demuéstrate a diario que puedes hacer que tu día merezca la pena.

Nosotros hemos descubierto nuestro ikigai… ¿Ya lo has encontrado?

¡Feliz día!